Thursday, December 12, 2013

No medir, sólo comparar



Debemos convenir que somos, como humanos, seres gregarios, vivimos formando grupos y asociaciones.

Además tenemos muy arraigada la idea de compararnos dialecticamente, definiendo nuestras características a través de las contrarias que existen en otros.

Esto lo externalizamos a todos nuestros productos, es decir, comparamos además nuestras creaciones y posesiones.

La forma en que nos comparamos genera una idea intrínseca: competencia.

Es aquí donde pretendemos elegir una definición. La competencia como característica es una auto comparación, pero, por otro lado, la competencia como actividad es una comparación entre personas, esto produce dos tipos de personas, las competentes y las competitivas respectivamente.

A su vez, y como hemos dicho anteriormente, esta característica la externalizamos a nuestros productos sociales y materiales.

De ello no esta exenta la educación, que, intentando concentrarse en la competencia, genera mayoritariamente escuelas competitivas.

Cuando se es competente, la comparación es una oportunidad de mejora, cuando se es competitivo, es una crítica. En la competitividad, la comparación debe evidenciar la diferencia, por ello se hace más pertinente el uso de la palabra medición. Esto es en parte la causa del porque somos tan reacios a las mediciones, las consideramos críticas, pues somos competitivos.

Una de las ideas de Liceo SERO es alejar la idea de medición y volver a la de auto-comparación, fomentar la autosuperación y procurar el desarrollo de las competencias.

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